El color y tus emociones

Los colores que percibimos en nuestro día cotidiano afectan nuestro estado de ánimo de una manera “subliminal” (inconscientemente), pueden provocarte sensaciones, desde hambre, calma, irritabilidad e incluso tristeza o melancolía. Es por eso que cadenas de comida rápida o restaurantes suelen usar colores como amarillo, rojo o naranja ya que estos precisamente estimulan ganas de consumir alimentos o en general de estar activos; en cambio en hospitales o bibliotecas las paredes de referidos edificios serán comúnmente de color blanco, ya que este color tiene la cualidad de inducir calma. El color azul puede llegar a inducirle a una persona tristeza, depresión o melancolía.
Estos cambios se deben a la estimulación del sistema nervioso central, que es el encargado de procesar la luz que vemos como imágenes, asimismo, tiene la función de producir hormonas como: dopamina, serotonina, cortisol etc.
Estas descargas de sentimientos pueden variar entre un individuo a otro, por ejemplo: una persona que padece miopía suele ser más introvertida que otra que padezca hipermetropía, que suelen ser más extrovertidos. también sucede con patologías como el daltonismo, ya sea tritanomalía (que es cuando se dificulta diferenciar entre el amarillo y el rojo), tritanopia (que es cuando es difícil distinguir entre el azul y el verde, el morado y el rojo, y el amarillo con el rosado), o cuando se sufre de alguna enfermedad degenerativa ocular, como la retinopatía diabética.
Por lo tanto, es sumamente importante realizar un examen general de tus ojos. En ópticas Blink estamos comprometidos con nuestros pacientes a darles una mejor calidad de vida, simplemente porque te lo mereces, es por eso que contamos con las herramientas y el personal capacitado para utilizar las pruebas necesarias para así corregir las patologías o condición que este afectando tu vida, por ejemplo: plantillas para realizar el test de ishihara (que se utiliza para diagnosticar algún tipo de daltonismo), oftalmoscopio (para ver el fondo de ojo y así darnos cuenta si existe alguna patología en cualquiera de las partes del ojo) o el retinoscopio, para ver cualquier error refractivo (miopía, hipermetropía, astigmatismo, etc.) entre otros.